Una buena reputación incrementará tu número de clientes
La reputación corporativa es un componente fundamental de la comunicación integral de las empresas. Un buen manejo de este elemento supone una ventaja competitiva frente a las marcas rivales, pues los clientes no quieren adquirir servicios de organizaciones que son cuestionadas públicamente.
Contar con una reputación sólida y congruente, puede determinar la elección de un cliente entre dos productos similares en el mercado. Esto se debe a que el reconocimiento positivo de los atributos de una marca hace desaparecer las inquietudes y juicios negativos de los consumidores.
Desarrollar reconocimiento positivo hacia la marca es resultado de un buen manejo de los productos o servicios que ofrece la organización, el mantenimiento de un elevado nivel de satisfacción de los consumidores, y las actividades internas que realiza la corporación a nivel general. De hecho, la construcción de una buena reputación corporativa es vital para incrementar los niveles de lealtad con los clientes, hasta convertirlos en fieles seguidores y defensores de nuestra marca.
Una buena imagen organizacional requiere que los gerentes trabajen pensando en el largo plazo, de modo que puedan mantener el mayor tiempo posible los índices de satisfacción y percepción de prestigio en sus clientes. Esto se debe a que cualquier problema, así pueda parecer minúsculo, puede afectar gravemente la reputación de la marca.
Una buena táctica para hacer frente a situaciones inesperadas es el diseño de un manual que contenga una estrategia de comunicación para enfrentar las crisis de reputación que atraviese la organización, en este deben estar establecidas las variables que pueden afectar la imagen de la empresa y la mejor manera para mitigar su efecto.
Gustavo Manrique, profesor invitado del IESA y coordinador del Diplomado en Gestión de la Reputación Corporativa, que iniciará una nueva cohorte en el mes de marzo, considera que la opinión del público sobre una marca es uno de los activos más importantes de una empresa.
“Una crisis reputacional, en muchas ocasiones puede resultar muy costosa, más en esta era digital y global. Gestionar estratégicamente la reputación corporativa es una inversión necesaria para las organizaciones”, destacó el profesor Manrique.