Una conversación con Carlos Jaramillo, Director Académico del IESA
Recientemente la revista Forbes reseñó en su portal las quince escuelas de negocio de América Latina más vanguardistas, tomando en cuenta – entre otros aspectos – las alianzas entre escuelas de distintos países de la región y el componente tecnológico de su currículo. Siete de las escuelas que aparecen en dicho ranking tienen presencia en Panamá.
Carlos Jaramillo es Director Académico y del Centro de Finanzas del IESA, la escuela de gerencia de Venezuela más reconocida a escala internacional, fundada en 1965 en ese país y con presencia en Panamá hace 10 años. Jaramillo es Ingeniero de Materiales por la Universidad Simón Bolívar en Caracas (1982), Máster en Administración, Mención Finanzas por IESA (1984) y posee un doctorado en Administración por la Universidad de Connecticut, EE.UU. (1994).
En esta entrevista, el investigador y académico analiza el valor de las escuelas de negocio en el contexto panameño, hace un balance de las operaciones del IESA en Ciudad del Saber y destaca la importancia del compromiso con el desarrollo sostenible por parte de los nuevos líderes que se forman en sus aulas.
IESA llegó hace 10 años a Panamá, ¿por qué escogieron al país como punto para expandir la oferta académica de la Universidad?
Siempre hemos pensado que Panamá es la puerta de Centroamérica y tras haber hecho nuestro análisis de región consideramos a Panamá como un lugar con gran oportunidad y potencialidad. La decisión de instalarnos en Ciudad del Saber fue en algún sentido, una afortunada coincidencia. Nos encontramos con que lo tiene todo: no solo es muy afín a nosotros en cuanto a objetivos, sino que nos ofrece muchos beneficios en términos de visado, espacio físico, tecnología, una comunidad de organizaciones con las que podemos aliarnos.
En ese sentido, dudo que haya muchos sitios en Latinoamérica con tantos atractivos para una escuela de negocios o para cualquier organización que se mueva en el ámbito de desarrollo de conocimiento.
¿Qué balance hace luego de estos diez años?
La decisión fue buena, pero los procesos son lentos. El hecho de que nuestros países tengan tantas cosas en común como idioma e idiosincrasia no significa que establecerse en Panamá sea lo mismo que hacerlo en otra región de un mismo país.
En el camino, hemos tenido que aprender las especificidades de Panamá como país.
¿Cómo definiría usted el valor agregado que el IESA trae a la oferta académica local y si tuviera que destacar algo de ella, ¿qué sería?
Somos una escuela de negocios con cuatro acreditaciones internacionales y ofrecemos un currículo muy actualizado. Creo que una de las cosas que aportamos a la comunidad educativa de Panamá es el manejo del estado del arte de las escuelas de negocios.
Además, tenemos muchísima experiencia en el sector público. Si bien nuestros programas de maestría están orientados en buena medida hacia el sector privado, tenemos amplio expertise en temas relevantes para el manejo de los asuntos públicos que las personas del área privada de los negocios deberían entender.
En Panamá ofrecimos dos versiones de programas de gestión pública muy exitosos con los que hicimos una contribución importante a nivel local: en el poder diseñar un buen currículo para los funcionarios de carrera. Nuestros planes son que el otro año evaluemos nuevamente ofrecerlos.
¿Qué oferta tiene actualmente el IESA en Panamá y qué tipo de alumnos se matriculan?
En este momento ofrecemos cursos de extensión: programas cortos en los cuales participan personas de la comunidad de negocios local.
En el pasado hemos ofrecido maestrías en finanzas y asuntos públicos. No descartamos la idea de volverlas a ofrecer en el futuro.
¿Qué tipo de formaciones les demanda el mercado local?
En líneas generales, en nuestra experiencia, el público panameño tiene mucho interés en temas que ayuden a las organizaciones a tener armonía interna: trabajo en equipo, coaching, etc.
Contrario a lo que pensábamos originalmente, Panamá siendo un hub bancario, creíamos que habría mucha demanda sobre temas financieros vinculados a los bancos, pero no necesariamente ha sido así.
Aún nuestros clientes bancarios, más que buscar formaciones convencionales en finanzas tradicionales, estos tienden a buscar formaciones en cómo crear equipos de alto desempeño, bien integrados, que puedan manejar mejor la incertidumbre, que piensen más estratégicamente, que piensen “fuera de la caja”.
¿Es esta una de las especificidades del mercado panameño que mencionaba antes?
Nosotros identificamos hoy en día dos grandes “bloques” de demanda. Una muy especializada, por la cual normalmente uno entiende por ejemplo: maestrías en mercadeo, finanzas, desarrollo organizacional, finanzas; sin embargo, hemos encontrado que las empresas grandes demandan formaciones muy parecidas a las que piden los panameños.
Las organizaciones hoy por hoy están preocupadas por lograr que las personas trabajen armónicamente y que sus áreas puedan establecer puentes para entenderse mutuamente y facilitar los cambios.
Al final, seguramente esto impacta la competitividad. Todo lo que haya que la comunicación interna fluya, termina beneficiando a toda la organización en muchos sentidos.
¿Cuál es el retrato ideal de un egresado de IESA en Panamá?
Para mí, el egresado ideal es una persona que entiende los grandes dilemas, que es capaz de buscar ayuda dentro de la organización para darle respuesta a estos dilemas.
No creemos tanto en los especialistas (aunque sí se necesitan), sino que reo que más bien necesitamos más gente capaz de motorizar cosas dentro de la organización y buscar soluciones.
En esta ocasión está visitando Panamá para dictar una conferencia sobre el rol de la gestión sostenible como un factor importante para atraer inversión. ¿Qué rol cree usted que juegan las escuelas de negocio en fomentar el cambio social al formar los líderes del futuro?
Las escuelas de negocio pueden influir mucho para el mejor entendimiento de temas de gobierno corporativo. En ese sentido, el currículum de las escuelas de negocio ha ido evolucionando mucho. Por ejemplo, cuando yo hice mi MBA, las escuelas estaban muy orientadas a transmitirle a los graduandos capacidades en temas muy específicos: estrategia, mercadeo, finanzas, etc.
No obstante, hoy en día nos damos cuenta de que las personas egresadas de escuelas de negocios deben entender mucho más que hace el gobierno de las corporaciones y qué impacto tiene un buen o mal gobierno corporativo, particularmente de cara a los accionistas.
La humanidad está transformando la manera en que invierte: en la medida que tengamos grandes bloques de inversionistas “pasivos”, tiene que haber alguien que vele por los intereses de estos inversionistas.
En ese sentido, los estudiantes están llamados a entender mejor estos grandes dilemas. Hoy, mucho más que hace 30 o 40 anos estamos más conscientes de que cuando una persona trabaja en una corporación, la corporación aunque no se dé cuenta la está empoderando. Al hacer esto, la pone en una posición de ejercer un gran impacto con sus decisiones. El gran reto es lograr que la cultura refuerce constantemente los buenos comportamientos, no solo en la teoría sino también en la práctica.
¿Qué significa esto en cuanto a la formación?
Más que incluir la sostenibilidad o temas de gobierno corporativo como una materia del currículo, hay que entender que estos temas son transversales, que tienen que aparecer en todos lados y ser parte de la discusión cotidiana. Para las escuelas de negocios, esto nos demanda aprender a enseñar mejor estos temas.
Esto significa también que los docentes ya no pueden trabajar en “silos”. Si eres muy bueno en matemáticas o contabilidad, no puedes quedarte solo en esa área. Los docentes deben hacer muchas más conexiones para demostrar cómo sus disciplinas básicas son partes de un todo.
Finalmente se empieza a tratar de entender cómo hacer que los colaboradores tengan conducta adecuadas y manejen exitosamente estos temas blandos, que sean parte de un cultura resiliente en términos de valores y que va más allá de tener códigos y principios éticos y no hacer nada con ellos.
¿Qué impacto desea tener IESA en Panamá?
Nuestro objetivo es convertirnos en un actor de la familia local. En ese sentido, estamos muy enfocados en generar contenidos académicos mucho mas ajustados a los temas gerenciales locales.
En logística, por ejemplo. Panamá es un gran operador logístico y nuestra idea es desarrollar temáticas específicas de ese mundo. También es destacable el tema de los procesos de sofisticación financiera de la población panameña. Como es una economía dolarizada, las condiciones económicas son bastante más estables que en otros países de la región y nos interesan mucho los patrones de conducta financieros de los panameños. Por ejemplo, qué estrategia implementarán los bancos locales para adaptarse a productos internacionales que ya están funcionando.
A la luz de esto, ¿qué podemos esperar de IESA en los próximos años?
Ser más panameños.
Fuente: Ciudad del Saber