Compañías panameñas en beneficio de las personas: Empresas B
Las Empresas B pertenecen a un movimiento global de negocios innovadores, sus gerentes y directores buscan hallar soluciones a los problemas ambientales y sociales. Se caracterizan por la humanización de la economía, pues el éxito de sus organizaciones se mide por el bienestar de: personas, sociedades y naturaleza.
Para ser una Empresa B es necesario que los gerentes y empresarios se comprometan a producir un impacto positivo en la sociedad y medio ambiente, cambiando los estatutos e incrementando el deber crediticio de los accionistas. Luego de obtener la certificación, se deben mantener elevados estándares de gestión, transparencia y responsabilidad.
En nuestra región es un modelo bastante nuevo. Apenas en el 2012, surgió en Latinoamérica el Sistema B, para ampliar el alcance del movimiento en los demás países de la zona. Panamá posee dos compañías que cuentan con la certificación de este movimiento: Conservatorio, dedicada a revitalizar la zona urbana de manera sostenible y Futuro Forestal, que maneja inversiones de reforestación sustentable.
Keyes Christopher Hardin, cofundador y director ejecutivo de la organización Conservatorio, explica que su modelo de negocios: “se basa en el desarrollo y la gestión inmobiliaria centrada en el ser humano y busca desarrollar proyectos de usos múltiples para usuarios con diferentes rangos de ingresos, sabemos que esa es la mejor manera de mantener la valiosa diversidad que hace tan especial el Centro Histórico de la Ciudad de Panamá”.
La cofundadora de Futuro Forestal Iliana Armien, expresó que con el modelo B es posible comprobarle a los inversionistas el desempeño del impacto social y ambiental: “nos enriquece el intercambio con otras empresas que también están en la búsqueda de innovar en la economía”.
Actualmente, existen 2600 Empresas B en el mundo, 410 de estas están asentadas en Latinoamérica, distribuidas en países de Centroamérica y Suramérica. Entre todas estas, facturan más de 5.000 millones de dólares anuales.
Elisa Patiño, directora ejecutiva del Sistema B en la región, mencionó estar satisfecha de la etapa actual que vive el proceso para Latinoamérica: “estamos viviendo una etapa de expansión y consolidación. Cada vez hay más empresas interesadas en medir su impacto y aumentarlo, independientemente de que se certifiquen o no”.
Para el IESA es un orgullo poder comentar que sus egresados Mariángel Molina y Andrés Solórzano, graduados del Programa Emprende, han incursionado en el universo de las Bcorp, fundando una nueva Empresa B para la región. Leather Heart, es una organización cuya meta es crear productos con propósito que impacten positivamente en las personas, la sociedad y la naturaleza.
Empresas B sin certificación
El contexto latinoamericano demuestra que las empresas pueden participar en el aporte de soluciones a problemas ambientales y sociales, antes de certificarse como una Empresa B, así lo explican los profesores del IESA Edwin Ojeda y Aramis Rodríguez, en la revista Debates:
“Bancolombia fue la primera empresa en implementar el programa «Mide lo que importa», en conjunto con Sistema B, que invitaba a proveedores y clientes del sector de la pyme a medir los impactos sociales y ambientales. A partir de tal experiencia, han unido esfuerzos para garantizar que el impacto positivo sobre personas y entornos naturales sea de idéntica magnitud que su impacto económico, el banco fue reconocido en 2017 por el Foro Económico Mundial como el quinto banco más sostenible del mundo y el primero en América Latina”.
Si te interesa el tema, y quieres conocer más sobre cómo las Empresas B logran generar desarrollo sostenible, a la vez que son humanizadas y responsables con el medio ambiente, te invitamos a leer el artículo de la Revista Debates IESA