“La diversidad es lo que permite que un negocio sea exitoso”
IESA discutió sobre emprendimiento intergeneracional en Panamá
Por Valentina Urdaneta
Hablar de emprendimiento intergeneracional en un país con un tejido importante de empresas familiares fue el debut del Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA) en la celebración de su décimo aniversario como primera escuela de gerencia panameña.
El pasado 20 de noviembre, en el Hotel Sheraton, en Ciudad de Panamá, el IESA realizó el conversatorio “Familias empresarias y emprendimiento intergeneracional: La ruta hacia la trascendencia”, en el que participaron Stanley Motta y su hijo Carlos Alberto; Miguel Aued y su hija Gaby; Alberto Vallarino y Diego, su hijo; y Guillermo de Saint Malo Eleta.
Además se contó con las ponencias de dos profesoras del IESA, Nunzia Auletta y Patricia Monteferrante. Las expertas compartieron sus conocimientos y los resultados del proyecto “Prácticas exitosas de emprendimiento transgeneracional”, iniciativa global que explora el proceso emprendedor en las empresas familiares y que ha reunido más de 129 casos de investigación e incorporado la información de 686 firmas en todo el mundo.
La convivencia y la diversidad: reto y bendición
Entre las empresas familiares, setenta por ciento desaparecen en la transición de la primera a la segunda generación; del treinta por ciento restante, apenas trece por ciento sobreviven a la tercera generación. De allí que una empresa familiar que quiera perdurar en el tiempo deba aprender a integrar las diferentes descendencias.
Los baby boomers (las personas nacidas entre 1946 y 1964) suelen ser los miembros fundadores de estas organizaciones. Esta generación busca estabilidad y que la empresa permanezca en el tiempo. La generación X (los nacidos entre 1965 y 1979) suele ser el primer relevo y busca desarrollar una carrera orientada al logro y a la formación; como la generación fundadora, sus miembros son responsables, trabajadores y figuras de referencia en la familia.
Con la llegada de los mileniales o generación Y (los nacidos entre 1980 y 1999), las organizaciones han sufrido una revolución. Se trata de una generación independiente y emprendedora que ha retado a las organizaciones, pues rompe con jerarquías, formas de trabajo y esterotipos, y quiere dejar su huella en las empresas. A esta mezcla de generaciones se sumará la generación Z (los nacidos a partir de 2000), personas que desean darle un sentido social a todo lo que hacen y les preocupa, tanto en el campo de las relaciones sociales y el uso de la tecnología, como en la creación conciencia social y ambiental.
“Entre los retos de las empresas familiares está lograr el equilibrio entre los intereses de la empresa y los de la familia; entre el negocio y los afectos familiares. Para esto debe haber reglas definidas y un gobierno claro, que incluya un consejo de familia y una junta directiva”, explicó la profesora Auletta.
Cada generación se ha desenvuelto en distintos contexto y su experiencia la han llevado a los negocios: “A los baby boomers les tocó una época de posguerra; se caracterizaron por ser una generación que trabajaba duro y esa era su forma de hacer negocios. Los milennials entran en plena globalización y para ellos la tecnología es clave. Por su parte, la generación Z acuña un tema nuevo: la sostenibilidad”, explicó la profesora Monteferrante.
“Escogimos las empresas familiares como el punto central de nuestra celebración porque estas empresas representan dos tercios de la economía mundial y porque fueron precisamente los líderes de estas organizaciones los que nos apoyaron para crear y fortalecer al IESA. Estamos muy agradecidos con la familias Motta, Vallarino y Völlmer, con Nicolás Ardito y con Roberto Vainrub”, señaló Gustavo Roosen, presidente del IESA, al iniciar el conversatorio.
“Conté siempre con el apoyo de mi padre, que no dudó en darme la confianza, incluso en situaciones bastante cuesta arriba”, Gaby Aued
Familias empresarias
Los miembros de las empresas familiares invitadas mostraron casos concretos de los dilemas y los retos expuestos por las profesoras del IESA. Para Stanley Motta lo más importante es querer pertenecer a la empresa: “No es entrar porque será más fácil o por tener prestigio. Es tener un poco de miedo y saber que se está aceptando una responsabilidad dentro de la familia”, afirmó.
“Me gusta la relación entre el negocio y la familia. Lo que hay que hacer es integrarse y entender lo que uno hace y por qué. Eso se lo estoy enseñando a mis hijos”, agregó Carlos Alberto Motta.
Gaby Aued, junto a su padre Miguel Aued, destacaron que en las empresas familiares es muy importante preparar a las generaciones de relevo, porque los nombramientos sin méritos terminan por tener consecuencias negativas. “En mi caso me preparé a conciencia porque sabía que tenía una gran responsabilidad por delante. Conté siempre con el apoyo de mi padre, que no dudó en darme la confianza, incluso en situaciones bastante cuesta arriba”, contó Gaby Aued, quien se unió a la empresa familiar Tecnasa en el año 2000 y hoy se desempeña como CEO.
Los miembros de la familia Vallarino comentaron que si bien no son nada parecidos a la hora de decidir, deben tener en cuenta las ideas y las opiniones de los diferentes miembros: “Se trata de defender con bases las posiciones de cada uno. Mi papá tiene su manera y yo la mía, siempre con el objetivo de avanzar por el bien común”, indicó Diego Vallarino.
Por su parte, el empresario Guillermo de Saint Malo Eleta comentó que estas diferencias generacionales para él son una fortaleza: “El legado es el corazón de la familia, no la cabeza. Es lo que te hace ser y pertenecer. La diversidad de los miembros familiares es lo que también permite que un negocio sea exitoso”, indicó.
La profesora Auletta concluyó que en una empresa familiar se pueden conjugar y equilibrar la innovación, la cohesión, la visión de negocio y la toma de decisiones compartidas entre diferentes miembros de diferentes generaciones.
Primera escuela de gerencia en Panamá
En el marco del décimo aniversario del IESA en Panamá, Jorge Arosemena, presidente de la Fundación Ciudad del Saber, dio las palabras de bienvenida del conversatorio: “Nadie camina solo en este mundo, ni menos logra grandes resultados sin sumarse a otros, o sin contribuir a aprender y a aportar. Me sumo a las felicitaciones para todo el equipo y para todos los empresarios que ayudaron a que IESA llegara a Panamá. Aquí cayó en terreno fértil y ellos ayudaron a fertilizar el terreno”.
Gustavo Völlmer, presidente de IESA Foundation y miembro del Consejo de Protectores de la Fundación de Estudios Avanzados de Gerencia (FEAG), reconoció, en nombre del IESA, a Alberto “Pancho” Motta. Este reconocimiento lo recibió su hermano, el empresario Stanley Motta. Völlmer indicó que el IESA deseaba reconocer a un empresario con unas extraordinarias condiciones humanas y agradecerle el apoyo que él y su familia le dieron al FEAG y al IESA. “Excelente miembro de familia, con muy buen sentido del humor y con un enfoque positivo ante los problemas; siempre en la búsqueda de soluciones, trabajador, humano y humilde”, resaltó Völlmer entre las cualidades del reconocido empresario. Por último, señaló que era muy importante que los líderes empresariales cumplieran el valioso papel de prender antorchas y mantenerlas encendidas para la sociedad.
Además de repasar la trayectoria del IESA en estos diez años, su presidente Gustavo Roosen indicó que el Instituto, como una de las diez escuelas de gerencia que encabezan la prestigiosa lista de AméricaEconomía, quiere ofrecer a los gerentes y a las organizaciones panameñas formación ejecutiva basada en la aceleración de talentos. “Hoy buscamos fortalecer el emprendimiento e innovar con nuestra metodología”. Para esto el Instituto ha actualizado su página web (www.iesa.edu.pa) con nuestras propuestas de formación gerencial para personas y organizaciones.
Reseñas en medios:
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