El tan publicitado vuelta a las negociaciones entre el régimen y la plataforma unitaria finalmente se volvió realidad, una combinación de presión internacional, ofertas de relajamiento de las sanciones y una inmanejable situación económica, evidenciado por un mercado paralelo desbocado, han forzado al régimen a volver a regañadientes a la mesa de negociación en México. La respuesta de la administración de Biden, no se hizo esperar publicando dos Licencias, la LG Nº 41 y la LG Nº 8K. Mediante la primera de ellas y la más notable, la OFAC (Oficina de Control de Activos Extranjeros, “Office Foreign Asset Control”) permite a Chevron a realizar actividades en Venezuela, aunque en forma limitada.

Ing. Juan Szabo / News El Observador de Energía y Ambiente / 14 de diciembre de 2022

Existen cuatro partes en esta odisea: el Régimen buscando un salvavidas económico y reconocimiento, USA intentando atraer a Venezuela al sistema de seguridad energética del occidente, la Plataforma Unitaria junto con el gobierno interino tratando de afianzar la democracia y el camino a elecciones justas con ayuda internacional, y Chevron con otra empresas que le sigan con ánimos de recuperar millonarias deudas con las Empresas Mixtas y PDVSA.

Se trata de una licencia progresiva atada a los resultados obtenidos en la mesa de negociaciones entre régimen y plataforma unitaria (oposición). La teoría es de ofrecer ampliaciones secuenciales a manera de premio por cada paso concreto en el tránsito a convenir elecciones generales libres y verificables y conversamente incrementar las limitaciones si el progreso es insatisfactorio.

Descargue aquí el .pdf de El Observador de Energía y Ambiente del CIEA del 14 de diciembre de 2022

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